Elaborado por: Laura Clemencia Mantilla-León MSc.
Revisado por: Amparo Hernández-Bello, PhD.
Feminismo.
-bell hooks
«se suele pensar que el feminismo es un grupo de mujeres enojadas que quieren ser
como los hombres. Pero el feminismo tiene que ver con los derechos, con la equidad de
derechos para las mujeres»
El feminismo abraza teorías y corrientes críticas varias, pero podemos decir que el feminismo es un “movimiento de cambio social que integra a la vez teoría, práctica y política” (Hernández-Bello et al., 2022, p. 12). La escritora y feminista estadounidensebell hooks (2000) entiende que, en tanto movimiento, el feminismo busca acabar con elsexismo, la explotación sexista y la opresión.
Esta definición deja claro que el problema es el sexismo y que no se trata de un movimiento “antimasculino” o de odio hacia los hombres, sino que, en la medida que todas y todos hemos sido socializados desde que nacemos para aceptar pensamientos y acciones sexistas, el sexismo interpela tanto ahombres como a mujeres, así como lo hace el feminismo; el feminismo es para todos. El feminismo nos permite pensar en un mundo (utópico, sí) libre de dominación, regido por una visión de mutualidad en las interacciones entre hombres y mujeres. Pero, como nos dice hooks (2000) el movimiento feminista no puede crear este mundo por sí sólo, para esto, es necesario “acabar con el racismo, el elitismo de clase, el imperialismo”. La lucha feminista, entonces, está atravesada, “interseccionada” si se quiere, por las discusiones de clase y raza, haciendo necesario confrontar las formas en que hombres y mujeres, a través del sexo, la clase y la raza, dominan y explotan a otras mujeres.
La académica mexicana Marcela Lagarde (1996) señala que el feminismo entre sus apuestas incluye una redistribución y transformación de los poderes sociales, sus mecanismos de creación y reproducción, con el fin de crear poderes más democráticos que mejoren la calidad de vida tanto de mujeres como hombres en condiciones de dignidad. El feminismo según Lagarde corresponde con un nuevo paradigma que tiene en su centro lo humano, la igualdad y la equidad.
Ver: Sesgos de género: categoría clave para el análisis de la equidad sanitaria
SEXO
Vamos a empezar diciendo que el sexo es una variable biológica referida a las características genotípicas, fenotípicas, hormonales y anatómicas de los cuerpos (Johnsony Repta, 2012); cuerpos femeninos o masculinos en términos binarios. Sin embargo, esta primera aproximación al concepto se posiciona desde lo “natural” o “biológico” y no nos permite identificar que el sexo es también una categoría socialmente construida. En una reelaboración del concepto, Johnson y Repta (2012) reconocen la importancia de ir más allá de lo binario y la biología al acercarnos al sexo y, más bien, analizarlo como relativo al lugar y al tiempo en que se expresa. En palabras de los autores “las diferentes culturas conceptualizan la variación sexual de diferentes maneras, y nuestra comprensión del sexoha cambiado con el tiempo (y continúa cambiando)” (Johnson y Repta, 2012, p. 20). Para comprender mejor la construcción social del sexo detallaremos lo que se ha denominado sistema sexo-género, pero antes veamos qué es el género.
GÉNERO
El género ha sido conceptualizado como una categoría que designa “todo aquello que es construido por las sociedades para estructurar, ordenar, las relaciones sociales entre mujeres y hombres” (Hernández García, 2006, p. 3). De esa manera, el género sería un principio organizador de la vida social (Hernández-Bello et al., 2022) que nos ayuda a entender el orden sociocultural y simbólico configurado sobre la base de la sexualidad(Lagarde, 1996), aunque no se agota en la sexualidad. Para Marcela Lagarde (1996) el género no nos enfrenta a problemáticas exclusivas de las mujeres, sino que nos ayuda a comprender a cualquier persona a la cual socialmente se le han atribuido deberes, esencialidades y prohibiciones para vivir. Perspectivas como la de Lagarde nos acercan al género desde un entendimiento relacional cuyo “objeto de interés no es la mujer o el hombre; son las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres -o entre los ámbitos“masculinos” y “femeninos- en torno a la distribución del poder” (Gómez, 2002, p. 455).Adicionalmente, al ser un estratificador social, el género no funciona aisladamente, sino que interactúa con otros marcadores sociales como la clase, raza y orientación sexual(OPS, 2005)
Ahora, es importante resaltar que el “género”, como apuesta investigativa, también nace de una necesidad por reflexionar alrededor del significado de los sexos, de sus relaciones, sus tensiones y del significado cultural que el género produce en la sociedad; lo anterior con el objetivo de comprender el alcance de los roles que se asignan por el sexo, sus limitaciones, y sobre todo, descubrir las maneras en que los roles de género sostienen un orden patriarcal (Scott, 2015).
Entonces, se podría decir que el género nace como una apuesta investigativa que intenta posicionar los cuestionamientos de las mujeres al orden patriarcal (Scott, 2015). ParaScott, el desafío que se plantea con estos cuestionamientos es de carácter teórico, y no requiere solamente el análisis de la relación entre experiencia masculina y femenina en el pasado, sino también de la conexión entre la historia pasada y la práctica histórica actual.
¿Cómo actúa el género en las relaciones sociales humanas? ¿Cómo da significado el género a la organización y percepción del conocimiento histórico? Las respuestas dependen del género en tanto que categoría analítica (2015).El llamado de Scott está dirigido a cuestionar los alcances de lo que usualmente se entiende por género, e intenta vincular esta categoría analítica a otros campos críticos, como la clase, la raza, la etnia, entre otros.Las investigaciones de la teórica Marta Lamas intentan evidencian los alcances que experimenta la categoría analítica género cuando beben de la antropología. Para Lamas, reconocer la naturaleza simbólica de la cultura abre las puertas a entender que el género, como significado, es el elemento básico de la construcción social y que determina y construye un sistema de relaciones (Lamas, 2000).
Lamas define el género como un “conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres (2000, p. 4)”,e insiste en la idea de que “mujeres y hombres no son un reflejo de la realidad “natural”,sino que son el resultado de una producción histórica y cultural, basada en el proceso de simbolización” (Lamas, 2000, p.4).
Esta postura recalca el carácter performático del género y que ha sido reconocido por otras autoras (Butler, 1988, 2004); dicho carácter nos aproxima a l género como el resultado de un proceso de intercambio, en el que se reciben significados culturales, y también se innovan y se transforman (Lamas, 2000).
Quienes han teorizado al género desde su performance (Butler, 1988; Lyons, 2009; West y Zimmerman, 2009) afirman que en las prácticas cotidianas se “hace al género”. La cuestión es, como lo afirma LamasPreguntarse cómo han sido inscritas, representadas y normadas la feminidad y la masculinidad implica realizar un análisis de las prácticas simbólicas y de los mecanismos culturales que reproducen el poder a partir del eje de la diferencia anatómica entre los sexos. Esto requiere decodificar significados y metáforas estereotipadas, cuestionar el canon y las ficciones regulativas, criticar la tradición y las resignificaciones paródicas(2000).